Cadenas de suministro en 2021: el factoraje como una manera de crear resiliencia financiera

Existen herramientas financieras que, dadas las condiciones económicas actuales, se han adaptado a los requerimientos de vendedores y compradores. Garantizar el funcionamiento de la cadena de valor es responsabilidad de ambas partes del ecosistema.
Como sucedió en la crisis financiera de 2008, uno de los retos económicos más importantes que ha traído la nueva contracción del 2020 y 2021 ocasionada por la pandemia de Covid-19 han sido aquellos que pusieron en evidencia la relevancia de contar con estabilidad y liquidez, en especial para las cadenas de valor globales.
En términos de las cadenas de suministro, la prioridad debe abarcar mucho más allá de solo la capacidad de adquirir suministros; debe poner el foco también en garantizar que la red de empresas que realizan negocios entre sí pueda continuar con sus operaciones, a pesar de los desafíos financieros y comerciales.
Una vez más, las adversidades ponen a prueba la resiliencia financiera de las cadenas de valor, donde el financiamiento y el flujo de capital jugarán un papel vital para que aquellos actores de estos ecosistemas de los que depende la estabilidad de no pocos sectores y verticales de negocio.
Es así que, los esquemas de financiamiento a los que recurren las empresas, así como considerar alternativas de financiamiento para sus proveedores también se convierte en una ventaja competitiva y un recurso para blindarse ante la crisis que no tiene una fecha de caducidad.
Opciones de financiamiento en cadenas de suministro
De acuerdo con el más reciente reporte de la Evolución del Financiamiento a las Empresas durante el Trimestre Octubre – Diciembre de 2020, publicado por el Banco de México, el financiamiento a través de proveedores sigue siendo la principal fuente para obtener capital entre las empresas mexicanas.
De hecho, el 78.3% de las PyMEs y 76.4% de las grandes empresas acuden a este recurso para financiar sus producciones y mantenerse operando, no solo en situaciones de crisis económica, sino también en condiciones habituales.
Si bien esta es una práctica común en las empresas para financiarse sin acercarse a instrumentos financieros propiamente, existen otras opciones más eficientes para acceder a capital de trabajo que pueden beneficiar la manera en que operan las cadenas de suministro, al reducir tiempos de pago.
Una de ellas es el factoraje que, ante este nuevo entorno, se ha convertido en una de las alternativas más adaptables a las necesidades de las compañías, tanto las compradoras como las vendedoras, ya que puede ser aplicado no solo para el financiamiento de la venta de insumos o materias primas, sino también para servicios.
Por un lado, las empresas, especialmente las PyMEs, pueden utilizar este esquema también conocido como descuento de facturas y que es aplicable a ventas nacionales o de exportación, para recibir adelantos en los pagos y reducir el impacto que su ciclo de conversión de efectivo puede tener de acuerdo a su industria.
Recordemos que, por estándar en el comercio internacional, los plazos de pago de las facturas pueden rondar los 30 o 60 días, hasta los 120 o, incluso, más.
Es decir que, si el periodo para recibir el dinero por su venta es más largo por cuestiones de producción, operación o esquemas de pago, el financiamiento acelera la percepción de efectivo y reduce los riesgos de insolvencia o de contar con capital para operar (pago a proveedores propios y/o nómina, rentas u otros gastos corrientes).
En el caso de las grandes empresas, que generalmente son las que compran a las PyMEs, y cuyo desempeño se vio mermado por la falta de liquidez en las compañías que formaban parte de su red de proveedores, las opciones de factoraje inverso, dirigidas a estos, pueden ser una solución para garantizar el abastecimiento de materias primas y eficientar sus cadenas de suministro.
Al crear alianzas estratégicas para ofrecer factoraje a sus proveedores, no requieren asumir costos o pasivos, al tiempo que dan una alternativa para que sus socios mejoren su capacidad operativa y crean un entorno más competitivo que tendrá un impacto importante en tiempos de crisis y recuperación.
Desde Drip Capital hemos notado que los esquemas de factoraje se han ido consolidando y cada vez existe más apertura, dado que se han vuelto más flexibles a las necesidades del mercado.
Tan solo en nuestra fintech, durante el año pasado, registramos un crecimiento anual de 300% en solicitudes de financiamiento, con modalidades tanto para factoraje nacional, como de exportación y para proveedores, a diferencia de otros mercados donde operamos como India, cuyo foco principal estuvo en el financiamiento a exportación.
Escrito por Edmundo Montaño, Director General de Drip Capital México
Sobre Drip Capital
Fundada en 2015, en Palo Alto, California, Drip Capital es una empresa fintech especializada en financiamiento de empresas. A través de una plataforma tecnológica que simplifica el proceso de aprobar y financiar clientes, Drip Capital reduce los costos de financiamiento y minimiza los riesgos para las empresas que buscan vender sus productos de manera local e internacional. Drip Capital forma parte de la asociación global de empresas financieras Factors Chain International y del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, COMCE.