¿Cómo funciona la utilidad bruta y neta para tu empresa?

Conocer conceptos básicos en contabilidad financiera es fundamental para que las empresas identifiquen aquellos indicadores financieros que deben tomarse en cuenta para determinar si su operación cotidiana contribuye a su crecimiento o expansión.
En esta ecuación, juegan un papel de alta importancia términos como la utilidad bruta y la utilidad neta, pues son factores que tienen implicaciones determinantes en la toma de decisiones en cuanto a las inversiones que se hayan hecho o aquellas que se planean realizar, así como sobre el balance de las ventas realizadas, contra las ganancias obtenidas por estas.
Por un lado, el término de utilidad se refiere al interés o beneficio que obtiene una compañía en el curso de su operación, es decir el provecho o ganancias obtenidas por la venta de sus productos; esta, a su vez, se divide en la utilidad bruta y la utilidad neta.
Por un lado, la utilidad bruta es, a grandes rasgos, la ganancia o ingreso que obtuvo una empresa o persona a través de sus ventas. Para conocer cuál es esa utilidad se toma el monto total de lo que se vende y se le restan solo los costos de producción.
Sin embargo, es importante mencionar que los datos arrojados al calcular esta utilidad no representan la cifra de lo que ganaste con esas ventas, pues no toman en cuenta gastos fijos como nómina, impuestos u obligaciones fiscales, intereses de deudas de financiamientos o costos legales, solo por mencionar algunos. En contraparte, contempla gastos variables como materias primas y mano de obra.
Por otra parte, la utilidad neta se refiere a aquellos ingresos que se obtienen de una venta, pero restando, ahora sí, los gastos de producción, impuestos, comisiones, gastos operativos, así como gastos fijos que incluyen servicios de renta, publicidad, nómina de los empleados y servicios como luz, teléfono y agua, entre otros.
Es decir, el resultado del cálculo de la utilidad neta representa las ganancias reales por los ingresos que obtiene una empresa, luego de haber descontado a este monto bruto todos los gastos relacionados con la producción y operación de la compañía, en función de ese ingreso.
Para calcular este indicador que, entre otros aspectos permite conocer la cantidad de dinero contante y sonante en la cuenta bancaria o en el bolsillo del empresario, y de este modo conocer la realidad de su nivel de liquidez, es necesario primero tomar el resultado de la fórmula para obtener la utilidad bruta.
Luego de ello se deben descontar aspectos como los gastos de operación; aquellos derivados de la venta y distribución, así se obtiene la utilidad operacional. A esta se le deben sumar los ingresos y gastos no operacionales. Posteriormente, es necesario restar los impuestos atribuibles a la operación, el resultado se distribuye entre los socios o si es un emprendedor solitario, a él corresponde la ganancia entera.
¿Para qué sirve conocer estos indicadores?
La principal diferencia entre estos dos conceptos es que la utilidad bruta nos muestra cuáles fueron las ventas, en función del costo de producción del producto vendido. Por otra parte, la utilidad neta, al ser mucho más compleja, considera los ingresos totales y a estos les resta todos los gastos operativos y/u otros que haya realizado la empresa para poder poner a la venta ese producto.
En pocas palabras, la función de estos dos indicadores siempre consistirá en determinar qué tan rentable es en la realidad, y en el día a día, un negocio o emprendimiento.
Otra de las grandes y más importantes funciones de conocer con precisión estos indicadores radica en la necesidad de establecer cuándo una empresa podría o debería iniciar un proceso de expansión, mejora o crecimiento, pues en el momento en que la empresa llegue a requerir de un empujón para solventar gastos operativos, en la mayoría de los casos por retrasos en pagos de sus facturas, puede recurrir a esquemas como el factoraje financiero o el financiamiento a través de cuentas por cobrar.
En el caso de que la compañía muestre una salud financiera sólida, y que ésta mantenga o incremente sus niveles de liquidez de forma sostenida, sin duda será el mejor momento para emprender el camino hacia la realización de gastos de capital o capex, ello a través de la adquisición de créditos, mismos que incluyen la compra de equipo, ampliación de instalaciones, compra o escalamiento de maquinaria.
Para estar más seguros sobre el momento ideal para solicitar un financiamiento, siempre recomendaré que te acerques a un asesor financiero, ya sea por medio de alguna fintech, o bien en alguna institución bancaria.
Escrito por Edmundo Montaño, director general de Drip Capital México
Sobre Drip Capital Latinoamérica
Fundada en 2015, en Palo Alto, California, Drip Capital es una empresa fintech especializada en financiamiento. A través de una plataforma tecnológica que simplifica el proceso de aprobar y financiar clientes, Drip Capital reduce los costos de financiamiento y minimiza los riesgos para las empresas que buscan vender sus productos de manera local e internacional. Drip Capital tiene presencia en México, India, Emiratos Árabes y, desde agosto de 2021, en Ecuador. Ha financiado más de 1500 compañías que exportan sus productos a más de 80 países en todo el mundo. Forma parte de la asociación global de empresas financieras Factors Chain International.