Electro movilidad y Logística

Para la gran mayoría de los seres humanos de este planeta, las principales interrogantes, después de los satisfactores básicos, el acceso al trabajo, la salud, la educación y el crecimiento individual y colectivo, se ubica el desarrollo de las soluciones de movilidad en los grandes espacios urbanos y entre zonas metropolitanas, los cuales necesariamente implican aspectos relacionados con el impacto ambiental, la aplicación de la tecnología, la adecuación de la infraestructura y el desempeño de los sistemas de transporte en sus distintas modalidades.
Los actuales modelos de movilidad basados en servicios colectivos donde se utilizan todavía los combustibles fósiles, están paulatinamente llegando a su fin, dados los impactos de la denominada huella de carbono en la superficie y atmósfera del planeta, tanto para la obtención de los recursos energéticos para el movimiento de la flota de transporte, como para su propia operación y mantenimiento. Los activos existentes basados en los motores de combustión interna, aunque todavía son numerosos y con una enorme presencia alrededor del planeta, están dando paso a las nuevas tecnologías basadas en las denominadas energías alternativas, menos agresivas para el entorno, como son el gas natural, la electricidad y el hidrógeno.
La apuesta actual es que, llegada la obsolescencia de los sistemas de transporte vigentes, basados en el petróleo, las unidades vehiculares se sustituyan por las opciones tecnológicas de movilidad que se están desarrollando, al tiempo que los nuevos requerimientos de satisfactores de transporte colectivo, se atiendan mediante soluciones sustentables como los trenes de cercanías, metros, trenes ligeros, trolebuses y autobuses basados en las tecnologías alternativas mencionadas.
Por el lado del transporte de carga para la distribución urbana de mercancías, existe una serie de vehículos pequeños que actualmente se utilizan para movimientos de reparto en zonas metropolitanas, con capacidades de carga todavía acotadas a un máximo de 3 toneladas, los cuales atienden principalmente circuitos ubicados en los centros históricos de las ciudades o en zonas de alta densidad de tránsito. Ejemplo de ello son vehículos de reparto de bebidas embotelladas que por sus reducidas dimensiones pueden estacionarse próximos a los puntos de venta del canal tradicional, sin afectar el tránsito de estas reducidas arterias.
A decir de los expertos, estas innovaciones necesariamente deben de considerar la interrelación entre los deseos y expectativas del consumidor sobre los servicios que se le ofrecerán, al tiempo que las soluciones sean sometidas al escrutinio de la factibilidad tecnológica y de la viabilidad de los modelos de negocio que sean planteados. Las tendencias identificadas alrededor de ellas, implican, por una parte, nuevos modelos de negocio basados en la masificación e identificación individual de sus miembros; ciudades inteligentes y servicios multimodales de transporte; la presencia de nuevos competidores; la integración de los sistemas proveedores de energía, desarrollos tecnológicos sustentables de fuentes de energía a bajo costo y la aceptación del consumidor.
Todo ello respaldado con el debido soporte de la planeación estratégica, el establecimiento de procesos y protocolos regulatorios y normativos, así como en la seguridad jurídica de los inversionistas y usuarios, que contarán con la decidida acción de los órganos de gobierno, autoridades y entes especializados, como rectores, supervisores y facilitadores de los modelos de negocio que se instrumenten, a fin de garantizar el adecuado equilibrio entre la integración y el desempeño de los sistemas y, su importante viabilidad técnica y financiera.
Con el imprescindible involucramiento de los actores de las industrias de servicios de movilidad, tecnologías de la información, instituciones académicas gestoras del conocimiento, proveedores de energía y la industria automotriz, entre otros, que garanticen una adecuada operación de los servicios, la proveeduría y mantenimiento de los vehículos y el desarrollo de tecnologías en la infraestructura y dispositivos de carga, a fin de ofrecer una experiencia de movilidad sustentable que responda a las expectativas del consumidor.
Aunque los vehículos destinados al transporte de pasajeros con suministro eléctrico presentan un avance significativo en relación a los desarrollos orientados a transporte de carga, las tecnologías de baterías cada vez menos pesadas y más eficientes en autonomía y el desarrollo de chasises altamente rentables con una durabilidad mínima de 15 años, son elementos que fácilmente pueden ser trasladados a las unidades destinadas al transporte de carga.
En ese sentido y de acuerdo con el medio especializado Movertis, los beneficios de los camiones eléctricos que se han desarrollado hasta la fecha para el transporte de mercancías son:
Autonomía: oscila dependiendo del modelo, desde los 100 hasta 2,000 km con una sola carga. Algún prototipo ha logrado incluso alcanzar los 6,500 km sin detenerse a recargar. Esto permite hacer las rutas de transporte mucho más eficientes, optimizando en tiempos de repostaje de baterías.
Eficiencia: se estima que el costo de la carga completa de baterías será un 20% menor que el de llenar el depósito de un camión diésel. Más aún, con el creciente aumento de precios en combustibles fósiles que estamos experimentando en los últimos años.
Impacto Ecológico: al ser vehículos 100% eléctricos que no producen gases de efecto invernadero, aunque eso no significa que indirectamente no contaminen. Eso dependerá de la fuente de energía que se haya usado para generar la electricidad previamente. Aun así, la huella ecológica se estima menor que la producida por los camiones propulsados por combustibles fósiles.
Mientras tanto muchas empresas alrededor del mundo se encuentran trabajando en el desarrollo de prototipos que pronto verán la luz en el mercado, revolucionando a la industria. Entre los modelos que se ofrecerán próximamente figura el Tesla. A finales del 2018 se presentó oficialmente el Tesla Semi. Se trata de un camión totalmente eléctrico, con una autonomía de 800 km y que permite cargar el 80% de su batería en media hora. Además, es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 5 segundos. Todo esto con un diseño sorprendentemente futurista, que será una realidad en las carreteras en menos de dos años. No obstante, aunque Tesla ha sido la primera empresa en presentar su producto, no es la única comprometida con el transporte de mercancías con suministro eléctrico.
Nikola Motor y Bosch. Estas dos empresas una de origen norteamericano y otra alemana, han firmado un acuerdo para el desarrollo de camiones eléctricos con pila de hidrógeno. Se espera que estos modelos tengan una autonomía de nada menos que 2,000 km y una potencia de 1,000 caballos, el doble que la de cualquier camión tradicional. Se espera que para 2021, adquirir un camión con estas características sea una realidad.
BYD. Esta famosa empresa china que actualmente es líder en el desarrollo de autobuses eléctricos de pasajeros alrededor del mundo, está desarrollando también soluciones para el transporte de mercancías. Los camiones eléctricos de esta marca contarán con tres unidades de celdas de hidrógeno con capacidad para transportar 8, 12 ó 16 toneladas, dependiendo del modelo. Las investigaciones de las empresas chinas involucradas en la electro-movilidad, también se encuentran desarrollando baterías de otras aleaciones como las de litio-azufre, litio-ferrofosfato y otras que prescinden del níquel y el cobalto, utilizados en las primeras tecnologías. La meta es desarrollar baterías cada vez más durables, más ligeras y menos costosas. Una idea de esto es que actualmente el pack de baterías de un vehículo oscila entre el 45 y 60% de su valor total, mientras que las nuevas tecnologías pretenden reducir esa relación hasta un 19% en una primera etapa.
Toyota. Esta empresa está desarrollando camiones con dos grupos de pila de combustible, sistemas ya implantados en los turismos eléctricos que la marca tiene en el mercado. El prototipo recorrió nada menos que 6,500 km con 60 toneladas de carga en su fase de desarrollo.
Cummins. Con el camión eléctrico AEOS que empezará a fabricarse este año, la compañía se une también al cambio. Este modelo cuenta con un sistema de propulsión eléctrico que le concede una autonomía de hasta 160 km con una carga máxima de 20 toneladas.
Daimler. La empresa alemana ha empezado a producir el Fuso eCarter fabricado por Mitsubishi. Estos camiones eléctricos cuentan con una autonomía de 100 km y pueden transportar una carga de hasta 3 toneladas. Además, Daimler está desarrollando otro modelo, el E-Fuso Vision One, más potente tanto en capacidad de carga (ampliándola hasta las 11 toneladas) como en autonomía (llegando a los 350km).
Todos estos desarrollos permitirán en un futuro muy cercano, reducir los impactos negativos al ambiente, al tiempo que lograrán incentivos para sus propietarios como son la exención de impuestos, evitar los procesos y costos de verificación, circular sin restricciones todos los días de la semana y en cualquier horario, reducciones en el costo de los peajes de autopistas interestatales y urbanas, además de importantes ahorros en consumo de energía, mantenimiento de trenes motrices y mayor vida útil de las unidades entre otros diversos aspectos. Por lo pronto, los fabricantes enfocan sus esfuerzos a reducir la brecha de precios entre un vehículo convencional y uno eléctrico a fin de reducir el denominado TCO (conjunto de costos directos e indirectos de un vehículo durante toda su vida útil), que permite comparar las distintas alternativas.
En la medida que avances estas tecnologías y se reduzcan sus precios, los beneficios podrán ser trasladados al costo total logístico en el transporte y la distribución de mercancías.
Escrito por Sergio García