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Estados Unidos pide reformar la OMC

Estados Unidos pidió reformar la Organización Mundial de Comercio (OMC), la cual ha sido blanco de severas críticas por parte del presidente de ese país, Donald Trump, en medio de una latente guerra comercial a nivel global.

Robert Lighthizer, representante comercial de la Casa Blanca, planteó que el gobierno estadounidense quiere “ayudar a construir un mejor sistema multilateral de comercio” y se mantendrá activo en la OMC.

“Al mismo tiempo, reconocemos que la OMC no siempre ha funcionado como se esperaba. En lugar de servir como un foro de negociación donde los países pueden desarrollar nuevas y mejores reglas, a veces ha estado dominado por un sistema de solución de diferencias donde los ‘jueces’ activistas intentan imponer sus propias preferencias políticas a los Estados Miembros”, cuestionó Lighthizer.

La OMC cuenta con tres pilares primordiales: la administración de los acuerdos derivados de la Ronda Uruguay; la solución de diferencias, y la negociación de nuevas disciplinas y reducción de aranceles y otras barreras al comercio.

“En lugar de limitar países que distorsionan el mercado como China, la OMC en algunos casos les ha otorgado una ventaja injusta sobre los Estados Unidos y otras economías basadas en el mercado”, agregó Lighthizer en la Agenda de Política Comercial e Informe Anual de 2018.

De acuerdo con el gobierno de Trump, en lugar de promover mercados más eficientes, la OMC ha sido utilizada por algunos Miembros como un baluarte en defensa de las barreras de acceso al mercado, el dumping, los subsidios y otras prácticas que distorsionan el mercado.

“Los Estados Unidos no permitirán que la OMC, ni ninguna otra organización multilateral, nos impida tomar medidas que sean esenciales para el bienestar económico del pueblo estadounidense. Al mismo tiempo, como demostramos en la Conferencia Ministerial de la OMC del año pasado, seguimos ansiosos por trabajar con países de ideas afines para construir un sistema económico mundial que conduzca a niveles de vida más altos aquí y en todo el mundo”, concluyó Lighthizer.

Este posicionamiento se produjo mientras Trump anunció la semana pasada que Estados Unidos impondrá aranceles de 25% a sus importaciones de acero y de 10% a las de aluminio, a la vez que varios países se preparan para tomar medidas de represalia comercial con impactos compensatorios.

La posición de Trump exacerbó a las partes afectadas al difundir el viernes este tuit: “Cuando un país (Estados Unidos) está perdiendo miles de millones de dólares en comercio virtualmente con cada país con el que tiene negocios, las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar”.

“Por ejemplo, cuando estamos perdiendo 100,000 millones de dólares con un país y se hace el listo, dejamos de comercializar y ganamos en grande. Es fácil”, añadió.

Las palabras de Trump tuvieron un fuerte rechazo por parte de varias naciones y organismos internacionales. “Impondremos aranceles sobre Harley-Davidson, sobre el bourbon y los jeans Levis”, dijo el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, a la televisión alemana.

“Estamos aquí y van a conocernos. Nos gustaría tener una relación razonable con Estados Unidos, pero no podemos enterrar simplemente la cabeza en la arena”, agregó.

Seguidamente, Trump escaló aún más sus amenazas: “Si la UE quiere aumentar aún más sus aranceles y barreras sobre las empresas estadounidenses, simplemente aplicaremos un impuesto sobre sus coches que llegan libremente a Estados Unidos y hacen imposible que nuestros coches (y otros productos) se puedan vender allí. ¡Gran desequilibrio comercial!”, escribió este sábado.

El papel de la OMC será sumamente crítico en el final de esta historia.

Escrito por:  Roberto Morales