Evolución de la Logística y Comercio Mundial de Mercancías

Los intercambios mundiales de mercancías en la actualidad, se encuentran inmersos en un entorno caracterizado por sucesos y situaciones inéditas que no se veían desde hace mucho tiempo. En efecto, fenómenos como la pandemia del COVID-19, que aunque parece superada en muchas regiones del mundo, aún se acusan sus indeseables efectos, especialmente en el tema de la desarticulación de las cadenas de suministro, provocada por la crisis de la disponibilidad de contenedores, con el consiguiente impacto en el incremento de los fletes, como vasos comunicantes de una misma causa.
En cuanto a los temas geopolíticos, se viven por una parte, conflictos comerciales entre China y los Estados Unidos, que si bien no son nuevos, han mostrado una serie de mutaciones provocadas por la escases de insumos para diversas industrias. Por otra parte, se tiene la guerra entre Rusia y Ucrania, que ha motivado que muchos países de la tierra expresen su posicionamiento respecto a los bandos en conflicto. Ello ha provocado una escalada sin precedentes en las tasas de inflación, incrementos en los precios del petróleo, el gas y otros energéticos, que al mismo tiempo, han impactado el costo de la energía eléctrica.
Monedas como el Euro, se ven afectadas en su valoración internacional, ante las expectativas de la falta de suministro de gas por parte de Rusia hacia el continente europeo y la escases en la disponibilidad de graneles agrícolas fundamentales como el trigo y las oleaginosas, lo que vislumbra una posible crisis alimentaria, especialmente en países con bajos recursos. A todos estos factores, habrá que agregar los efectos negativos del cambio climático, cuyas manifestaciones en las altas temperaturas registradas en el continente europeo y norteamérica durante el verano, provocaron preocupantes incendios y devastación de bosques completos, mientras en otras regiones del planeta están generando escases de agua potable y, en contraste, la presencia de tormentas y huracanes en otras latitudes, motiva inundaciones y pérdidas de bienes y vidas ante la creciente de los ríos y cuerpos de agua.
Mientras todo eso sucede, la Organización Mundial de Comercio analiza los resultados del intercambio mundial y sus perspectivas en el corto y mediano plazos, a través de una herramienta que se ha denominado El Barómetro sobre el Comercio de Mercancías, el cual es un indicador adelantado compuesto del comercio mundial que proporciona información en tiempo real sobre la trayectoria del comercio de bienes en relación con las tendencias recientes.
La lectura más reciente coincide exactamente con el valor de referencia del índice (100.0), lo que indica una expansión del comercio acorde con las tendencias previstas para el periodo postpandemia. No obstante, indica la OMC, el barómetro global sigue por debajo de un índice complementario que representa el volumen real del comercio de mercancías, lo que parece indicar que, cuando se disponga de las estadísticas oficiales para el segundo trimestre, el crecimiento interanual del comercio podría ralentizarse aún más, pero seguir siendo positivo, ya que el comercio se ve lastrado por el conflicto en Ucrania y, al mismo tiempo, impulsado por el levantamiento de los confinamientos relacionados con la COVID-19 en China.
De acuerdo con las cifras del organismo internacional, el volumen del comercio mundial de mercancías se ha estancado; el crecimiento interanual se redujo al 3,2% en el primer trimestre de 2022, frente al 5,7% del primer trimestre de 2021. La desaceleración del primer trimestre se debió solo en parte a la repercusión del conflicto en Ucrania, que estalló a finales de febrero. Los confinamientos en China también pesaron considerablemente sobre el comercio.
En ese sentido, los componentes del Barómetro presentan comportamientos diferentes de acuerdo con los sectores de que se trate. Por ejemplo el índice relacionado con la industria automotriz se sitúa en un 99.0 sólo una décima por debajo de la tendencia, aunque ha perdido su inercia ascendente. El transporte aéreo por su parte, registra un 96.9 junto con el índice de componentes electrónicos que acusa un 95.6, donde ambos componentes muestran tendencias a la baja.
En contraste, las materias primas (101.0) con crecimiento moderado y el transporte marítimo (103.2) con un incremento muy por encima de la tendencia. Este último se ha visto influenciado por el aumento de los envíos a través de los puertos chinos, debido a la flexibilización de las restricciones relacionadas con la COVID-19. La lectura más reciente del Barómetro coincide con las previsiones comerciales más actuales de la OMC del pasado mes de abril, en las que se preveía un aumento del 3,0% del volumen del comercio mundial de mercancías en 2022. Sin embargo, ha crecido la incertidumbre en torno a las previsiones debido al actual conflicto en Ucrania, el aumento de las presiones inflacionistas y el endurecimiento previsto de la política monetaria en las economías avanzadas.
En el terreno de la logística y el transporte, ya se muestran signos de recuperación en distintos ámbitos como el transporte marítimo, lo que se ha manifestado en la reducción de las tarifas por fletes hasta en un 39% para diversas rutas y un incremento en el movimiento de contenedores, además de que poco a poco los polígonos de transporte empiezan a registrar movimientos de cargado-cargado, propiciando una normalización en los flujos de contenedores y en su reposicionamiento.
En México se acusa también un incremento en el comercio exterior, especialmente de las exportaciones y se están revirtiendo los indicadores negativos de la producción de vehículos pesados con un buen incremento, así como en el número de trabajadores registrados ante el IMSS, lo que en el termómetro de la economía resulta muy positivo. No obstante, el fenómeno de la inflación aún se cierne sobre los precios de los satisfactores básicos, los combustibles y en bienes de consumo duradero.
Por otro lado, en un reciente recorrido por diversas regiones de Europa occidental, realizado por quien esto escribe, que incluyó visitas a puertos marítimos importantes como Barcelona, Nápoles y Salerno, así como a plataformas logísticas como la de Zaragoza en España, ya se acusa un incremento en el manejo de los contenedores y una mayor actividad económica matizada por la presencia de grandes afluencias de turistas, los cuales abarrotan los principales atractivos culturales y naturales del continente y son un motor importante de la ansiada recuperación.
La saturación en algunos nodos neurálgicos de las carreteras europeas con la presencia de numerosos camiones de mercancías y la actividad que acusan diversos centros de distribución regional de productos, reflejan que poco a poco se recupera la economía. No obstante, habrán de observarse con cuidado los acontecimientos en este último trimestre del año, que incluyen la denominada temporada alta de navidad, ya que la amenaza en el incremento de combustibles (cuyo precio actual oscila entre 1.70 y 1.99 euros por litro) y la prevista disminución del suministro de gas ruso, pueden impactar de forma negativa los resultados, ante la paulatina baja de las temperaturas por la próxima entrada del otoño y el inicio del invierno europeo.
En fin, que las tendencias si bien son positivas, aún la consolidación del crecimiento y la recuperación económica mundial pende de alfileres, lo que se manifiesta en los resultados ambivalentes de las acciones corporativas que se cotizan en las bolsas mundiales. La sociedad entera se encuentra más que nunca atenta a los acontecimientos políticos y sociales, como el anunciado próximo encuentro entre los líderes de Rusia y China, cuyos resultados seguramente incidirán en las perspectivas futuras del crecimiento y la estabilidad mundial.
Escrito por Sergio García