Logística

Logística en la segunda década del siglo XXI

A punto de que se cumpla la segunda década del presente siglo, las compañías globales en materia de servicios logísticos alrededor de todo el mundo, se plantean diversas interrogantes respecto al futuro y coinciden en una gran preocupación común: ¿cómo dar un servicio óptimo y mantener la competitividad en un momento en el que las necesidades de los consumidores están en constante cambio?

Organizaciones de diversos ámbitos se preguntan ¿cómo enfrentar los retos al mismo tiempo que el servicio se vuelve rentable? Lo mismo empresas navieras, grandes operadores logísticos, almacenes de autoservicio y todos aquellos a los que de una manera u otra les están afectando los cambios de paradigma de los consumidores en el siglo XXI, se cuestionan la manera de extender su permanencia en el mercado brindando a sus clientes un servicio de calidad con las características de diferenciación que atraigan cada vez a más consumidores.

Los grandes avances tecnológicos actuales, una mayor densidad de tránsito urbano, la reducción de los tiempos libres y las presiones que genera el mundo moderno, han transformado paulatinamente la forma de comprar con una tendencia creciente hacia el comercio electrónico, comúnmente conocido como e-commerce. Esta corriente de comercio global, ha afectado sensiblemente las capacidades de almacenamiento, transporte de media y larga distancia, así como los servicios conocidos como de “última milla” (la distancia más corta entre el último almacén y el destinatario).

En ese sentido, se plantea también cómo lograr recursos humanos preparados y dispuestos a la flexibilidad que requiere el sector y, sobre todo, cómo gestionar la logística inversa desde el punto de vista económico y medioambiental.

Sobre estos temas el Grupo Europeo de Reguladores de los Servicios Postales de la Unión Europea realizó una reunión de análisis en Bruselas el pasado mes de noviembre para establecer su estrategia de trabajo para este año. Grandes compañías con un peso específico importante en el continente como Inditex o El Corte Inglés hasta las empresas de logística y transporte o la propia Correos de España, se abocaron a tratar de encontrar soluciones que permitan superar los retos, sin sacrificar la calidad del servicio o poner en riesgo el futuro de sus empresas e instituciones. En Inditex, por ejemplo, han desarrollado prácticas que les obligan a reciclar hasta cinco veces las cajas de cartón de los envíos que mandan a tienda. Además, algo que parece tan irrelevante como perfeccionar la densidad de embalaje de los paquetes, les ha permitido reducir el equivalente en desplazamientos a dar cincuenta vueltas al mundo.

Frente a todos estos retos hay quien habla incluso de crear una red logística global para optimizar la distribución de bienes a nivel mundial. Pero la respuesta a cómo se solventarán esos hándicaps todavía no se conoce, porque, como explica el CEO de Moldstock Logística, Manel Torres, “durante los próximos diez años la logística estará en una constante reinvención. Estamos en la logística 4.0 y debemos prepararnos para la 5.0”. Más allá de la distribución física, la logística es una disciplina amplia que incluye toda la cadena de suministro, desde las compras a la producción, la distribución y todo ese camino inverso que recorren los productos desde que se han usado, o no.

 

La irrupción y desarrollo del e-commerce ha cultivado un escenario en el que los consumidores no gozan de la paciencia que tenían hace algunos años, cuando el único modo de conseguir un producto era trasladarse a comprarlo en la tienda. Desde la aparición de empresas como AMAZON se han ido acostumbrando a recibir las compras en su domicilio en un período de tiempo cada vez más corto.

La irrupción del e-commerce ha influido de manera decisiva entre las grandes cadenas de autoservicios, las tiendas departamentales, los establecimientos especializados y hasta los negocios de comida los cuales empezaron a repartir pizzas y pollo frito a domicilio con sus propias flotas, y ahora, gracias al conocido servicio de Uber Eats, pequeños transportistas independientes que se mueven en patines, motos y pequeños vehículos, permiten que cualquier antojo se materialice a la puerta de la oficina o de la casa.

De hecho, muchas empresas manejan conceptos como fechas y horas de entrega garantizadas, dependiendo de las opciones de envío disponibles, del código postal y de la disponibilidad del producto. Para realizar los envíos, las principales compañías logísticas como son ASM, Celeritas/SGEL, Correos, Correos Express, MRW, Seur, Tourline Express, UPS o DHL Parcel, contratan a otras más pequeñas de mensajería o a prestadores autónomos para llegar a los múltiples núcleos poblacionales que hay distribuidos por toda la comunidad europea.

La capacidad para lograr la inmediatez se ha convertido en un elemento primordial para posicionarse en el mercado. Amazon no es el único capaz de llevar un producto a casa de sus clientes.

Desde El Corte Inglés, que hace dos años puso en marcha el servicio Click&Express que permite al cliente tener el pedido en dos horas en 54 grandes ciudades españolas, describen cómo su apuesta pasa por ofrecer un servicio omnicanal y apuntan que “la compañía convertirá sus más de 90 centros en plataformas de preparación de pedidos para prestar a los clientes un servicio más inmediato y personalizado”. Estos se sumarán a los centros logísticos que tiene el grupo, lo que permitirá, como añaden fuentes de la compañía, “llegar al 90 % de la población española en menos de una hora y al 50 % en menos de 15 minutos, ya que la mayoría de la población puede encontrar un centro a menos de una hora de transporte”.

En Inditex también han apostado por un modelo integrado en el que la tienda física y la online reciben productos desde los diez centros logísticos que tienen en España, donde se centraliza la producción de todo el mundo dos veces por semana. Desde ahí, tienen la capacidad de realizar repartos a cualquier parte del mundo en un máximo de 48 horas. La devolución puede ser online o en tienda.

Pero, no es una cuestión de magia poder tener en casa en dos horas un producto que acabamos de comprar a través de Internet. Detrás hay una larga cadena de empresas, equipos y autónomos que han de ser capaces de hacer el trabajo con la eficiencia y la flexibilidad necesaria para hacer frente al competidor. “La formación de equipos de trabajo operativo acompañado de flexibilidad y adaptabilidad es uno de los retos de las empresas de logística como la nuestra. Hoy hay una verdadera falta de recursos humanos preparados”, apunta Manel Torres.

Para tratar de solventar esa carencia, la patronal logística UNO puso en marcha en Madrid el año pasado la primera escuela de repartidores de España. Entre sus objetivos, como apuntan desde esta agrupación empresarial, están la profesionalización de los repartidores, la mejora del servicio de atención al cliente, aumentar la eficiencia del reparto y generar una bolsa de trabajo para evitar la escasez de repartidores en picos de actividad como, por ejemplo, el Black Friday.

 

Escrito por: Sergio García