Logística

Optimización de Inventarios

Poder representar modelos que permitan contar con una adecuada predicción de la demanda, en uno de los mayores desafíos que enfrentan los ejecutivos de cadena de suministro en las diferentes empresas. No obstante, es común que los pronósticos de venta arrojen diversas variaciones contra el comportamiento real del mercado, de tal suerte que cuando se obtiene un cumplimiento de las predicciones superior al 80%, se considera como muy acertado.

En la actualidad, con el apoyo de los sistemas de información y con la incorporación de constantes innovaciones prácticas como son el Internet de las cosas y el llamado Big Data, es posible desarrollar modelos “vivos” end-to-end, los cuales consideran entre otros elementos, a la infraestructura física de almacenes, los puntos de venta, el sistema de transporte o los centros de distribución, así como a las políticas corporativas, el seguimiento de la demanda y el stock.

Los modelos descritos actúan prácticamente en línea, proporcionando una representación muy aproximada de todas las interdependencias entre los eslabones de las distintas cadenas y las operaciones de comercio. De esta forma, es factible soportar las decisiones con datos más precisos en vez de utilizar pruebas riesgosas y de alto costo, cuyas variaciones significativas inciden de manera negativa en la operación y son capaces de dañar la confianza de los consumidores.

Hoy en día en un entorno donde conviven el comercio tradicional (aquel donde interactúan físicamente el cliente y los puntos de venta) y el comercio electrónico (caracterizado por operaciones virtuales a través de medios informáticos), los modelos “vivos” proporcionan una precisa y robusta estrategia de inventarios, con un plan que puede ser fácilmente ejecutado en el mundo real, manteniendo el equilibrio entre el nivel de servicio y el costo o capital de trabajo.

Lo anterior es especialmente necesario cuando la optimización de los inventarios enfrenta temporalidades denominadas críticas, como es el caso de fechas especiales donde se celebran a los novios, a los niños, a la madre, a los maestros o al padre, eventos que marcan un incremento de la demanda en ciertos artículos relacionados de manera directa con la celebración. También es usual que se tengan campañas especiales del comercio como es el “Buen fin” o la denominada “Hot Sale” (la cual pretende fomentar el uso del comercio electrónico), que se suman a las promociones de semana santa, verano o fin de año.

Estos ejemplos nos permiten visualizar lo complicado que resulta poder mantener el equilibrio entre existencias, variedad, oportunidad y costo a fin de satisfacer adecuadamente la demanda. De ahí que surge un desafío existencial: ¿cómo lograr el nivel óptimo de inventario cuando no es posible pronosticar la demanda?

En ese sentido, la mayor parte de los directivos de las empresas -de acuerdo con un estudio reciente realizado por la consultora Llamasoft-, califican a la fluctuación de la demanda y la creciente complejidad operacional, como los mayores factores de riesgo que deberán enfrentar en el próximo lustro.

Ello evidencia la enorme utilidad de los modelos vivos, los cuales proporcionan las herramientas para modelar digitalmente las operaciones tanto físicas como de e-commerce de la cadena, al tiempo que se definen las políticas de inventario, evitando con ello enormes inversiones en tiempo y dinero con los modelos tradicionales de predicción, basados en comportamientos históricos que no consideran de forma integral, la enorme volatilidad del entorno.

Para contribuir con una respuesta muy cercana a la realidad, sobre el desafío expresado líneas arriba, es muy importante desagregarlo en cuestionamientos básicos como: ¿Cuál es el nivel de servicio al que se aspira? ¿En qué ubicaciones es más adecuado almacenar el inventario? ¿Qué cantidad de mercancías es necesario resguardar? ¿Hacia dónde debe fluir el stock? ¿En qué punto y momento convergen los canales físicos con los digitales? ¿Cómo dimensionar las redes de producción y de distribución necesarias? y ¿Cuál es la relación que guardan la vida útil y los ciclos de vida del producto con la dimensión del inventario?

Lo anterior resulta especialmente significativo cuando se pretende desarrollar una estrategia robusta de optimización de inventarios para satisfacer la demanda del comercio electrónico, la cual debe tomar en cuenta el delicado equilibrio entre la satisfacción del cliente frente a la variabilidad e incertidumbre del suministro, mediante el adecuado diseño y capacidad de las redes de manufactura, distribución y transporte.

En la construcción de la estrategia se debe partir del tipo de cadena que se estime necesario adoptar, (cadena pull o cadena push) con base en las condiciones del mercado y la fuerza de penetración del producto, asistidos por agresivas campañas promocionales.

En un modelo pull, la gestión de los inventarios deberá responder a los requerimientos puntuales de la demanda, con una ágil capacidad de reacción de las redes de manufactura y distribución para reducir los tiempos de entrega, apoyadas en existencias de seguridad. Mientras que en el formato push, se desarrollan los denominados inventarios pre-construidos y con ellos se “empujan” las existencias hacia el mercado, estimulando la demanda de los tipos y variedad de mercancías preseleccionadas, con atractivas promociones y precios competitivos.

En suma, se trata de que los clientes obtengan una experiencia satisfactoria e individualizada en cada una de las transacciones comerciales que realicen, ya sea de manera virtual o en forma física, al tiempo que las empresas y los distintos actores de sus cadenas de suministro, logren la optimización de inventarios en cantidad, calidad, variedad, oportunidad y costo.

 

Escrito por: Sergio García