Perspectivas logísticas y pronósticos de su desempeño en 2021

Es indudable que, para casi todas las actividades económicas, políticas, sociales, educativas y turísticas, el año 2020 será históricamente recordado como un parteaguas en la historia de la humanidad, ya que en sólo 10 meses modificó todas las conductas de los habitantes sobre la tierra, afectando lo mismo a países desarrollados que a naciones en vías de desarrollo y aquellas regiones marginadas del mundo.
La emergencia surgida de la proliferación del virus denominado COVID-19, privilegió aquellas tareas relacionadas primero, con la salud humana y la investigación del origen, patología y comportamiento del ya famoso virus, a fin de buscar desarrollar rápidamente medicamentos para enfrentarlo y eventualmente, lograr la fabricación de una vacuna que permita erradicar el patógeno de la faz de la tierra.
Por el otro lado, se buscó satisfacer las necesidades más apremiantes de la población mundial como son la alimentación, la disponibilidad de medicamentos y artículos sanitarios, así como las de vestido. Las restricciones de movilidad que se extendieron por todo el mundo en los primeros meses de la Pandemia, al descubrirse su rápida propagación a través de los seres humanos, afectó sensiblemente, todos los pronósticos de la demanda desarrollados por la industria, tomando como referencia la evolución histórica de su comportamiento a nivel global.
Se tuvo la necesidad de instrumentar rápidamente, modificaciones a los patrones de producción, establecer protocolos de distancia y de protección personal para todos los empleados que debieron laborar en los sectores considerados como estratégicos para que la crisis sanitaria, afectara lo menos posible a toda la población. Las medidas de confinamiento dieron lugar a un desarrollo inusitado del comercio electrónico, que, si bien había venido mostrando incrementos importantes en los últimos años, nunca se había considerado como la principal alternativa para la adquisición de alimentos, medicinas y otros satisfactores.
En ese sentido, tendencias que se habían venido observando en el campo logístico, fueron totalmente rebasadas por el fenómeno y se manifestaron en una alta demanda de bienes de primera necesidad y otros artículos complementarios, con lo que se tuvieron grandes faltantes en los anaqueles de los establecimientos de autoservicio. Las tiendas departamentales debieron cerrar sus puertas, así como los restaurantes, cines, teatros y centros de esparcimiento y espectáculos. Todo el andamiaje logístico que se había venido construyendo desde hace varios años para abastecer a éstos y otros sectores quedó reducido al mínimo indispensable y las empresas debieron implementar acciones emergentes para satisfacer los requerimientos puntuales de los consumidores.
El sector de transporte tuvo sus mayores afectaciones en la industria aérea, marítima y terrestre al reducirse drásticamente el transporte de pasajeros y focalizarse el consumo de bienes, hacia los de primera necesidad, dejando de lado los artículos suntuarios. Sólo los servicios de logística y distribución de última milla, observaron un inédito crecimiento, multiplicando rutas y vehículos de mediana y pequeña escala, incluidas motocicletas y bicicletas para el reparto de embarques y pedidos. Rápidamente se modificaron los patrones y las prácticas logísticas hasta entonces habituales para buscar la metamorfosis adecuada al tamaño de la emergencia.
Ahora que tenemos una perspectiva diferente del entorno generado por este infortunado virus y que se han creado nuevos patrones de conducta humana y novedosas soluciones para satisfacer la incipiente demanda, tenemos enfrente la tarea de dilucidar qué nos depara la logística para el futuro no sólo inmediato, sino para el mediano y largo plazo.
En primer lugar, debemos destacar que a diferencia de otros cataclismos por los que ha transitado la raza humana, nuestra actual circunstancia ha contado con un importantísimo aliado que es la tecnología. En segundo lugar, los avances científicos en materia de salud, a pesar de que los sistemas sanitarios en todo el mundo fueron rebasados en su capacidad, nos han dado muestra de una resiliencia notable ante las adversidades.
¿Qué hubiéramos hecho sin el desarrollo alcanzado por las telecomunicaciones, la sistematización y los avances de los dispositivos electrónicos? El confinamiento y la satisfacción de nuestras necesidades primarias, el acceso a la información, así como las transacciones financieras y las soluciones de trabajo y educación a distancia, nunca habrían sido posibles sin estas valiosas herramientas. Todo lo anterior nos hace pensar que las perspectivas en materia logística se centrarán en buena parte en el crecimiento y expansión de las herramientas tecnológicas que permitan perfilar un salto cuántico de enormes proporciones que llamaremos la “Logística del Futuro”.
Esta perspectiva tiene que ver con el cambio radical esperado en todas las actividades, donde se privilegiará el trabajo y la educación a distancia, que, en la época actual, han demostrado su efectividad, con lo que muchos de los patrones de consumo se verán fuertemente impactados por una nueva realidad. Las lecciones aprendidas deberán estar en la mente de todos a fin de que este tipo de eventos y otros escenarios que se presenten en el futuro, nos impacten de maneras diferentes o al menos, nos encuentren mejor preparados.
Las tendencias y pronósticos que podemos imaginar en este momento, tienen que ver con 5 conceptos que suponemos se erigirán como los más relevantes para el año 2021:
- La importancia de la interconectividad humana, sistemática e institucional impulsará el acelerado progreso de las tecnologías de conectividad como la ya famosa y controvertida red 5G, que seguramente vendrá a revolucionar los alcances actuales de cobertura, seguridad y velocidad de conexiones. Ejemplo de ello serán las necesidades que nos plantea el Internet de las Cosas (IoT), manufactura automatizada, vehículos con conducción autónoma, almacenamiento y distribución inteligentes y otras muchas aplicaciones que, hasta ahora, solo vemos en las cintas de ciencia ficción pero que harán posible la consolidación de la denominada Logística 4.0, la cual ya hemos abordado en otros artículos de esta misma columna.
- El Internet de las cosas deberá consolidar su desarrollo y estandarización a nivel mundial. Esta tecnología que básicamente consiste en la interconexión entre los objetos y las personas, cuyas aplicaciones en la industria, el comercio y la economía resultan infinitas. En ese sentido, cada objeto nos podrá proporcionar información sobre su localización dentro de la cadena de suministro en tiempo real, permitiendo generar información sobre su calidad, usos, vida útil, defectos y otras múltiples características, a fin de retroalimentar diseños, procesos y sistemas de almacenamiento y distribución.
- La gran demanda que se puede esperar una vez superada la pandemia, nos invita a imaginar que prácticamente todos los almacenes deberán automatizar la preparación de pedidos de los distintos niveles de clientes, con lo que sistemas como el conocido “Vocollet” serán un estándar de la industria en las labores de “Picking” dentro de los almacenes para asegurar la confiabilidad, rapidez y precisión en la conformación de embarques. En ese sentido, este será un campo abierto para la transformación digital que minimice los errores, mediante todo tipo de innovaciones en infraestructura, instalaciones, equipamiento y desarrollo de aplicaciones informáticas.
- El procesamiento de grandes cantidades de información, conocido como Big Data que ha venido a revolucionar la forma en que las empresas a nivel mundial, consiguen mejorar sus resultados, está basado en que los distintos datos que se recopilan a través de los diferentes procesos y transacciones logísticas que van desde la planeación de la demanda hasta la entrega o compra del cliente final, sean comprensibles y se traduzcan en aplicaciones prácticas que maximicen el conocimiento de las limitaciones, barreras, hábitos de compra y todos los eventos y factores que inciden en la trazabilidad de las transacciones, a fin de que puedan ser aprovechadas en aras de la mejora continua de los procesos, la optimización de las cadenas de suministro y el libre acceso al conocimiento. En ese sentido se requiere una transformación radical de las herramientas convencionales que nos permitan analizar una enorme cantidad de datos, en aras de alcanzar la optimización de procesos, la reducción significativa de los costos y por consecuencia la expansión y éxito de los negocios. En suma, se trata de extraer el valor contenido en toda esa información de que se dispone.
- Ante todas estas transformaciones y saltos tecnológicos a los que deberá aspirar la industria logística, nos invita a pensar que, para cerrar el círculo, se requiere disponer del talento humano que sea capaz, por una parte, de desarrollar esas tecnologías y sus aplicaciones, así como, por la otra, de planear, maximizar y optimizar los procesos y recursos y, traducirlos en prácticas eficientes. En ese sentido se requiere desarrollar y promover perfiles expertos. altamente profesionales y tecnológicos, que estén a la altura del reto que se avecina para el sector logístico y que sean capaces de adaptarse y reciclarse de manera continua.
Escrito por Sergio García